martes, 3 de enero de 2012


Fracto alabastro




Habiendo quebrado el frasco

   El nombre que he querido poner a este blog es “fracto alabastro”. ¿Por qué? ¿Qué significa?
  Pierre Charles en su libro “La oración de todos los momentos” titula así una de sus reflexiones.
   Refiere a la bellísima escena del Evangelio que muestra a María Magdalena derramando el precioso perfume de nardo mezclado con sus lágrimas a los pies del amado Maestro.
  “Ha entrado en la sala del festín, desafiando las miradas burlonas o severas de los que la observan, que quisieran echarla afuera. Ha entrado a despecho de la vergüenza, y de sus ojos corren lágrimas. Ha reconocido al buen Pastor; reconoce que es una oveja descarriada. Y esto es todo, y es bastante. Va a ofrecer algo más que sus lágrimas; ha tomado con sus dos manos un vaso fino de alabastro, de cuello delgado y lleno de perfume inapreciable. Va a derramarlo gota a gota, después lacrará de nuevo con una barra de cera el gollete del vaso cincelado. Pero no –fracto alabastro -, un ruido seco como de algo que se quiebra; ha roto el cuello del frasco, y de una vez ha derramado todo el perfume sobre los pies del Maestro único. Ese es el gesto, el único gesto verdaderamente digno de los que tienen la ciencia del don perfecto” Pierre Charles.
  ¿Qué nos enseña esta actitud de Mará Magdalena? Que para poder vivir cada día como verdaderos hijos del Padre debemos abandonar “toda mentira que nos hace creer que somos lo que tenemos, y que perdemos lo que entregamos. El perfume esparcido no ha sido malgastado sino utilizado; tampoco ha sido confiscado por Dios, porque Dios no confisca nada; es mío todavía si estoy dispuesto a permanecer cerca del Maestro, y a no salir de su casa. – Impleta est domus tota ex odore unguenti -, porque toda la mansión se vio llena de un aroma sutil, y vuelvo a encontrar todos mis dones en aquel a quien se los había ofrecido” Pierre Charles.
  María Magdalena es modelo de las almas orantes, de las almas que permanecen en silencio a los pies del Maestro en un aparente no hacer nada, pero que en realidad son las que han escogido la mejor parte.
 También nosotros podemos hacer como la Magdalena. ¿Cómo? De múltiples formas: permaneciendo en oración silenciosa frente al Sagrario y esperar, así como María Magdalena junto al Sepulcro, que Jesús nos llame por nuestro nombre; sumergiéndonos en la Sagrada Escritura donde Jesús nos sigue hablando hoy a cada uno; escuchando y obedeciendo al Santo Padre que es nuestro dulce Jesús en la tierra – como decía santa Catalina de Siena – y de muchas otras formas.
   Este blog pretende poner a disposición de todos los que a él se asomen pequeñas ayudas – las que yo misma he ido encontrando en mi propio camino – para que podamos acercarnos más al Maestro y que viviendo sumergidos en el Único Necesario podamos ser apóstoles en medio del mundo, como lo fue María Magdalena.

  ¡Sólo si aprendemos a reconocer la voz del Único Maestro no nos iremos detrás de los impostores!
  ¡Sólo si sabemos callar a los pies del Maestro podremos después esparcir su fragancia en el mundo!
  ¡Qué María Magdalena interceda por nosotros y nos guíe en nuestro caminar!


Verónica.

2 comentarios:

  1. Q bonito y sabia refleccion.Encuentro encantador el Blog felicitaciones Verito!

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  2. Muchas gracias, Santiago, por tu alentador comentario!
    Dios te bendiga!

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